Brujas de osset
Todos creíamos en brujas, de hecho todos creíamos que vivíamos entre brujas. claro que las brujas de osset no eran como las brujas de los cuentos, no considerábamos que fueran ni malas ni buenas, no volaban en escobas y no raptaban niños, mas bien al contrario, los vigilaban y cuidaban como madres. Las brujas de osset eran mujeres viudas o solteras, y parecían eternas, siempre mostraban el mismo aspecto, las típicas matronas vestidas de negro de edad madura pero con un aire, y un olor especial que las rodeaba dándoles una personalidad especial. Todas sabían curar, unas ponían inyecciones, otras conocían que hierbas tomar para cualquier desarreglo, algunas pintaban culebrinas, o arreglaban huesos y esguinces, había una que cuando daba de comer a las gallinas de algún vecino estas daban mas huevos. Naturalmente las otras mujeres acudían a menudo a ellas.
Todas eran primas cercanas o lejanas, de parte de madres, podían contar sus relaciones familiares con unas u otras por línea matriarcal sin perderse casi hasta el tiempo de los romanos, y escucharlas contar la genealogía o sus historias y cuentos era mejor que ver televisión.
A los niños nos gustaba escuchar a una tal Pepa, nos reuníamos cuando estábamos aburridos en su puerta hasta que conseguíamos que nos contara alguna de sus historias, sobre las cosas de osset, sobre las familias, o sobre la virgen. Mas tarde con los años me di cuenta que las historias de Pepa contaban algo mas que cuentos, entre historia e historia, Pepa nos trasmitía tradiciones antiguas de una especie de religión que se iba amoldando a las demás religiones como las mujeres se amoldan.
La religión de la madre, de hecho en este pueblo como en muchos cercanos se veneran imágenes de la virgen que podrían ser divinidades antiguas adaptadas.
De estas brujas quedan pocas en el moderno pueblo donde las gentes antiguas ya están dejando paso a la avalancha de inmigrantes que ya traen sus propias tradiciones arrinconado las nuestras, aunque quizás no completamente, pues sus hijas y sus nietas aun perviven y se mezclan con los nuevos habitantes.
Todas eran primas cercanas o lejanas, de parte de madres, podían contar sus relaciones familiares con unas u otras por línea matriarcal sin perderse casi hasta el tiempo de los romanos, y escucharlas contar la genealogía o sus historias y cuentos era mejor que ver televisión.
A los niños nos gustaba escuchar a una tal Pepa, nos reuníamos cuando estábamos aburridos en su puerta hasta que conseguíamos que nos contara alguna de sus historias, sobre las cosas de osset, sobre las familias, o sobre la virgen. Mas tarde con los años me di cuenta que las historias de Pepa contaban algo mas que cuentos, entre historia e historia, Pepa nos trasmitía tradiciones antiguas de una especie de religión que se iba amoldando a las demás religiones como las mujeres se amoldan.
La religión de la madre, de hecho en este pueblo como en muchos cercanos se veneran imágenes de la virgen que podrían ser divinidades antiguas adaptadas.
De estas brujas quedan pocas en el moderno pueblo donde las gentes antiguas ya están dejando paso a la avalancha de inmigrantes que ya traen sus propias tradiciones arrinconado las nuestras, aunque quizás no completamente, pues sus hijas y sus nietas aun perviven y se mezclan con los nuevos habitantes.
1 comentario:
enserio.. k bkn ^^
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